sábado, 25 de octubre de 2014

Eduardo Chillida

Vida y obra

Eduardo Chillida fue un escultor español, nacido en San Sebastian en 1924, es considerado uno de los más importantes del siglo XX.
Eduardo Chillida realizó los estudios de primaria y secundaria en el Colegio de los Maristas de su ciudad natal y en 1943 se trasladó a Madrid para comenzar la carrera de arquitectura. Aunque nunca acabaría dichos estudios (en 1947 abandonó la facultad para dedicarse exclusivamente al dibujo y la escultura), algunos de los preceptos ahí aprendidos, tales como la relación entre volúmenes y espacio, tendrían, a la postre, una importancia decisiva en la ideación conceptual de sus posteriores trabajos escultóricos.

Sus primeras esculturas son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso como Forma, Pensadora, Maternidad, Torso o Concreción. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental. Los juegos de volúmenes y los valores de la masa lo acercan al lenguaje de Henry Moore. Empezó a modelar obras figurativas, pero poco a poco tendió hacia formas más abstractas. En 1949 realizó Metamorfosis, obra que ya puede ser considerada abstracta.
"Torso" Yeso-1948 (64,5 x 30,5 x 20 cm)



A partir de 1951 la evolución de la obra de Chillida varía sustancialmente debido posiblemente a diversas causas, como pueden ser la lectura de la poesía romántica alemana, su propia reflexión sobre la escultura y su entorno cultural o su acercamiento a la escultura norteamericana de los años 40 y primeros 50. Así pues, comienza a interesarse, además de por los temas, por los materiales, los aspectos técnicos y lo arcaico y popular.
"Forma" Yeso- 1948
Alrededor de 1951, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro. Emprende entonces un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por la introducción de espacios abiertos. La evolución de la obra de Chillida varía sustancialmente debido posiblemente a diversas causas, como pueden ser la lectura de la poesía romántica alemana, su propia reflexión sobre la escultura y su entorno cultural o su acercamiento a la escultura norteamericana de los años 40 y primeros 50. Así pues, comienza a interesarse, además de por los temas, por los materiales, los aspectos técnicos y lo arcaico y popular. Huye de la imitación de la naturaleza y va en busca de la creación e invención. Cada una de sus obras plantea un problema espacial que trata de resolver con la ayuda del material, según las características o propiedades del mismo. Ilarik (1951) es su primera escultura abstracta. Significa “piedras funerarias” y está inspirada en las estelas funerarias y en los aperos del pueblo vasco. Se aprecia la relación entre la masa maciza del monolito y el espacio que señala. Centrado en el empleo del hierro ejecutó a veces unas obras de macizo aspecto y otras más aéreas. Siempre intentando captar el espacio a base de ritmos geométricos que lo estructuraban arquitectónicamente. Algunos ejemplos son Peine de los vientos, Música de las esferas, Oyarak (Eco) y Espacios sonoros. En Peine de los vientos la naturaleza interviene como un elemento más, sin forzarla. Recurre al viento y al agua, intentando que todos formen parte de la escultura. Para las puertas de Aranzazu busca chatarras y desechos industriales que puedan servirle. No pretende hacer unas puertas donde se coloquen esculturas, sino que ellas mismas sean las esculturas.

"Ilarik" Hierro-1951 

"Peine de los Vientos" Acero -1977 (215x177x185cm c/u)
En 1957 abre una nueva etapa de experimentación. Hasta entonces, en su lenguaje predominaban las líneas horizontales, verticales y curvas y ahora adoptará ritmos lineales más movidos e inquietos, de difícil comprensión. Ejemplos: Hierros de temblor o Ikaraundi (Gran temblor), donde el material férreo se extiende en el espacio sin tratar de capturarlo. También elabora Rumor de límites, Modulación del espacio, la serie de ensayos Yunque de sueños, o la serie Abesti Goroa (Hacia lo alto). Son variadas composiciones que asentadas en rudos bloques de granito o madera, parecen extender sus ritmos al espacio con gran ligereza, a pesar del material, que no lo oculta. En un primer momento, el hierro fue el material preferido para la búsqueda espacial, pero posteriormente introdujo otros materiales como la madera, el hormigón, el acero, la piedra o el alabastro. En la serie Alrededor del vacío, emplea el acero. El mismo material que en Gnomon, Iru Burni o Elogio de la arquitectura. Eduardo Chillida optará por unos materiales u otros de acuerdo a las posibilidades estructurales de los mismos. Elegirá el alabastro, cuya cualidad pone en relieve con la ayuda de la luz para hacer referencias a la Arquitectura. La serie Elogio a la luz, compuesta por trece ensayos de ortogonales volúmenes, cuyas paredes están atravesadas por breves y estrechos corredores que, rectos y curvos, juegan con la luz y la sombra.
"Yunque de sueño X" Hierro y madera-1962 (149,5x52x35cm)



Desde la década de 1980, se especializa en la instalación de piezas de grandes dimensiones en espacios urbanos o en la naturaleza, que contraponen la masa y el espacio. La serie Lugar de encuentros son enormes piezas que aparecen suspendidas en el aire colgando de cables de acero.
"Homenaje a Kandinsky" Alabastro -1965
A lo largo de su vida fue reconocido con numerosos premios, entre los que se encuentran el Príncipe de Asturias en 1987, el Rembrandt en 1975, la bienal de Venecia en 1958 y la Orden Imperial de Japón en 1991, además de ser doctor honoris causa de varias universidades.
Gran parte de su obra se encuentra en el museo Chillida-Leku.
Falleció en 2002, en la misma ciudad en la que había nacido.
"Gravitación" Papel e hilo- 1993 - 28 x 22,5 cm



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